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PNL Y RELACIONES

Hoy en día no es extraño que se sufran crisis en las relaciones, sean en el ámbito familiar, social o profesional. Hay demasiado estrés y poco interés en el “otro”. Este “otro”, no es solamente la persona que trabaja a mi lado en la oficina, el panadero de la esquina o el conductor del auto que se me cruza en el tráfico, puede ser alguien más cercano como el hijo, la pareja, algún familiar o amigos. No nos damos tiempo para reflexionar. La mayoría de las personas corren diario contra corriente. No hay tiempo para un cariño, para educar, para admirar y reconocer al otro. No hay inteligencia emocional: equilibrio entre las dos inteligencias.

 

Debido a tantos faltantes positivos en las personas, las relaciones sufren y éstas empiezan a degenerar en relaciones destructivas. En algunas relaciones puede haber un solo agresor y la otra persona toma un papel de sumisión o de víctima. En otras ocasiones, dos personas pueden agredirse mutuamente ante cualquier estímulo y esto la hace la relación doblemente tóxica.

 

El común denominador en una relación destructiva es la agresión. Ésta puede ser activa o pasiva. Casi siempre empieza con pequeños detalles que si no se dan cuenta de que son tóxicos, aumentarán poco a poco hasta crear un verdadero caos en la conducta.

 

La primera conducta destructiva y la más obvia es la violencia física. Inicia como dije antes, como un juego, que se va tornando cada vez más fuerte y frecuente. Cualquier provocación es motivo para reaccionar.

Otra conducta menos obvia, sin embargo, muy usada, es la ley del hielo; el silencio. Aunque parezca inocente, es muy fuerte porque transmite indiferencia y desdén.

 

La violencia verbal implica ya gritos, se detona la adrenalina y su intento es someter al otro.

También está la violencia emocional. Son comunes en este estilo las amenazas económicas, tomando el control por la vía del dinero. En algunos casos extremos se le exige un reporte de las cuentas hasta el último centavo. La violencia sexual, cuando es en pareja, se hostiga al otro o la alternativa es que simplemente se niega la actividad sexual.

 

Si tú has participado en alguna de estas conductas, por más leve que sea, hay que tener cuidado porque tienden a ir en escalada. Los síntomas típicos son, cambios bruscos en el trato, luego se arrepiente, pide perdón, hace promesas y es muy convincente porque parece que sí hay un cambio. Pero se convierte en un círculo vicioso, porque al cabo de poco tiempo, vuelve a empezar. Muchas veces sucede que en realidad sí quieren cambiar, pero no saben bien cómo y se van encerrando en los hábitos cada vez más.

 

 

​ Por Abg. Diana Zumba Romero

dianazumba1387@hotmail.com

Cel.: 0988312869

© 2015 ¿Qué es la PNL? – Técnicas de PNL para Alcanzar el Exito y Desarrollo Personal

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